BENEFICIOS DE LA INGESTA DE L-ARGININA, CALCIO Y MAGNESIO EN PACIENTES CON HIPERTENSIÓN ARTERIAL
¿Qué es?
La L-arginina es un bloque químico fundamental llamado aminoácido. Se obtiene a partir de la dieta y es necesaria para el cuerpo para hacer las proteínas. La L-arginina se encuentra en la carne roja, en la carne de aves y los productos lácteos. También se puede producir en el laboratorio y usar como medicamento.
La L-arginina se usa más comúnmente para la recuperación de una cirugía, una complicación del embarazo causada por el incremento de la presión arterial y proteína en la orina (preeclampsia) y de afecciones cardíacas y de los vasos sanguíneos, como el dolor de pecho (angina) y la presión arterial alta. También se la usa para muchas otras condiciones, pero no existe evidencia científica buena para apoyar estos otros usos.
¿Qué tan efectivo es?
Natural Medicines Comprehensive Database (La Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales) clasifica la eficacia, basada en evidencia científica, de acuerdo a la siguiente escala: Eficaz, Probablemente Eficaz, Posiblemente Eficaz, Posiblemente Ineficaz, Probablemente Ineficaz, Ineficaz, e Insuficiente Evidencia para Hacer una Determinación.
La L-Arginina es Posiblemente eficaz para…
- Dolor de pecho (angina). La ingesta de L-arginina parece reducir los síntomas y mejorar la tolerancia al ejercicio físico y la calidad de vida en personas con angina de pecho. Sin embargo, la L-arginina no parece ayudar a dilatar los vasos sanguíneos que se constriñen.
- Disfunción eréctil (DE). La ingesta diaria de 5 gramos de L-arginina parece mejorar la función sexual en hombres con DE. La ingesta de dosis bajas podría no tener efecto. Sin embargo, existe cierta evidencia que muestra que la ingesta de L-arginina con extracto de corteza de pino marino y otros ingredientes podría mejorar la efectividad de la dosis baja de L-arginina para tratar la DE.
- Presión arterial alta. Existe cierta evidencia que muestra que la ingesta de L-arginina puede reducir la hipertensión arterial en personas sanas, hipertensas y con presión arterial levemente alta con o sin diabetes.
- Una enfermedad intestinal grave en los bebés prematuros (enterocolitis necrotizante). Agregar L-arginina a la leche maternizada parece prevenir la inflamación de las vías digestivas en bebés prematuros. Un total de 5 bebés prematuros necesitan recibir la arginina para prevenir la aparición de una inflamación de las vías digestivas.
- Estrechamiento de los vasos sanguíneos que causa mala irrigación sanguínea en las extremidades (vasculopatía coronaria). La investigación sugiere que la ingesta de L-arginina o por vía intravenosa (VI) durante un máximo de ocho semanas mejora la irrigación sanguínea en personas con vasculopatía periférica. Sin embargo, su uso prolongado (hasta un máximo de seis meses) no mejora la velocidad para caminar ni prolonga la distancia del recorrido en estas mismas personas.
- Una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y proteína en la orina (preeclampsia). La mayoría de la investigación muestra que la L-arginina puede disminuir la presión arterial en mujeres con preeclampsia. La L-arginina podría también prevenir esta condición en mujeres embarazadas.
Mecanismos de acción antihipertensivos de la L-arginina.
- La suplementación con L-arginina oral en dosis comprendidas entre 4 y 24 g/día ha demostrado reducir los valores de Tensión arterial Sistólica y Tensión arterial Diastólica en 5,39 mmHg y 2,66 mmHg respectivamente en comparación con placebo, según un meta-análisis de 11 estudios clínicos (n= 387 pacientes). Estos resultados se confirmaron en estudios de duración mayor a 4 semanas y en pacientes no tratados previamente con antihipertensivos (Dong et al., 2011). En un estudio en 12 pacientes con diabetes mellitus de tipo 2 (DM2), el uso de L-arginina (3g x 3 veces/día, durante 1 mes) no solo redujo la presión arterial sistólica en un 14% sino que también mejoró la sensibilidad a insulina a nivel hepático y tejidos periféricos reduciendo la producción endógena de glucosa en un 29% (Piatti et al., 2001).
- El aminoácido L-arginina desempeña funciones fisiológicas claves en el mantenimiento de la homeostasis vascular. Entre ellas destaca su papel como sustrato del vasodilatador óxido nítrico. También promueve la liberación de insulina y tiene propiedades antioxidantes.
2. EL CALCIO
¿Qué es el Calcio?
El calcio es un mineral esencial en el organismo necesario en numerosas funciones celulares como la actividad neuromuscular, la coagulación sanguínea o la función cardíaca. Además, es un componente vital en la arquitectura del hueso y se necesita como depósito mineral óseo durante toda la vida. El 99% del calcio del organismo se encuentra almacenado en los huesos y dientes. Las principales fuentes de calcio son los productos lácteos, frutos secos como las almendras o ciertas verduras como acelgas, cardo, espinacas, puerro.
Mecanismos de acción del Calcio.
El calcio junto con otros cationes como el sodio, potasio y magnesio proporciona un equilibrio iónico de la membrana vascular, la vasodilatación y la reducción de la presión arterial resultante. En concentraciones óptimas, además de estabilizar las membranas, el calcio inhibe su propia entrada en las células y reduce la vasoconstricción. Sin embargo, una ingesta insuficiente de calcio disminuye la concentración plasmática de calcio, estimulando la liberación de hormona paratiroidea (PTH, por sus siglas en inglés). Cabe destacar que la reducción de la concentración plasmática de calcio, así como la liberación de la PTH tiene un efecto directo sobre la masa ósea, favoreciendo la resorción ósea y aumentando el riesgo de fracturas.
Papel cardiovascular del Calcio.
Una ingesta adecuada de calcio se asocia con una reducción de la presión arterial y un menor riesgo de hipertensión. En un estudio de 30,000 profesionales de la salud varones con edades comprendidas entre 40 y 75 años, se observó que los hombres cuyo consumo de calcio era <250 mg/día tenían un 50% más de probabilidad de desarrollar hipertensión frente a aquellos que consumían más de 400 mg al día de calcio (M. C. Houston & Harper, 2008). En un meta-análisis de 40 ensayos clínicos controlados (n= 2492 pacientes), la suplementación con calcio (dosis media de 1200 mg/día) redujo la PAS en 1,86 mmHg (IC 95%; -2,91; -0,81) y la PAD en 0,99mmHg (IC 95% -1,61; 0,37) (van Mierlo et al., 2006).
El calcio es un mineral esencial para la composición del hueso, pero también juega un papel fundamental en el equilibrio iónico de las membranas vasculares y la vasodilatación. Por ello su ingesta adecuada es importante en la prevención de la hipertensión arterial y de las fracturas por fragilidad ósea.
3. EL MAGNESIO
¿Qué es el Magnesio?
El magnesio es un mineral vital para numerosas funciones fisiológicas que se puede encontrar en alimentos ricos en fibra como los cereales integrales, legumbres, verduras, semillas y frutos secos. Es el segundo catión intracelular más abundante tras el potasio, y está implicado en la mayoría de los procesos metabólicos (función mitocondrial, procesos inflamatorios e inmunológicos y actividad neuronal, neuromuscular y vasomotora). Forma un complejo con la molécula energética celular de trifosfato de adenosina (ATP) y es cofactor de numerosas reacciones enzimáticas responsables de la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos. También posee una función estructural en el tejido óseo.
Mecanismos de acción del Magnesio.
Las concentraciones de magnesio extracelular son claves en la regulación del flujo sanguíneo, la reactividad vascular y la presión arterial. El magnesio también regula el calcio intracelular, el sodio, el potasio y el pH, así como la sensibilidad a la insulina. Actúa como un bloqueador natural de los canales de calcio cuyo efecto resulta en la producción de prostaciclinas vasodilatadoras y NO y altera las respuestas vasculares a los agonistas vasoactivos. Otros estudios también destacan el papel del magnesio sobre el crecimiento celular del músculo liso vascular que es un importante factor asociado con cambios estructurales vasculares.
Papel cardiovascular del Magnesio.
Bajas concentraciones de magnesio se han asociado no sólo con hipertensión sino con otros factores de riesgo cardiovascular y condiciones crónicas como estrés oxidativo, estado proinflamatorio, disfunción endotelial, agregación plaquetaria, resistencia a insulina e hiperglucemia. De igual forma, altos niveles de magnesio en circulación se asocian con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, principalmente cardiopatía isquémica y cardiopatía coronaria.
Análisis
En un meta-análisis de 34 ensayos con un total de 2028 participantes normotensos e hipertensos, se observó que la suplementación de magnesio (dosis media de 368 mg/día y con una duración media de 3 meses) redujo significativamente la PAS 2,0 mmHg y la PAD 1,78 mmHg. Estas reducciones fueron acompañadas con una subida de 0,05 mmol/ml de magnesio en suero en comparación con placebo (X. Zhang et al., 2016). En otro meta-análisis de 6 estudios de cohorte prospectivos y más de 180.000 participantes, se estimó que el aumento de la ingesta diaria de magnesio en 100 mg se asociaba con una reducción del 5% del riesgo de hipertensión (Fang et al., 2016).
IMPORTANTE:Consulte con su médico siempre antes de tomar cualquier tipo de complemento.