Las proteínas son nutrientes constituidos por la unión de aminoácidos. Su importancia radica en la amplia cantidad de funciones que desempeñan en el organismo. Son fundamentales en la síntesis y la reparación de los tejidos, pudiendo actuar como transportadores, catalizadores, hormonas o incluso en situación de necesidad fuente de energía mediante su conversión en glucosa.
Las necesidades varían en función de la edad y de otras situaciones no patológicas como pueden ser el embarazo o la lactancia.
Aminoácidos
Los aminoácidos que componen la estructura proteica se dividen en dos tipos: los denominados no esenciales, que pueden ser sintetizados por el hombre (alanina, arginina, ácido aspártico, asparragina, cisteína, ácido glutámico, glutamina, glicina, prolina, serina y tirosina) y los esenciales (histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina) que deben ser ingeridos de forma externa mediante la alimentación.
El valor biológico de la proteína depende de su composición en aminoácidos de la misma, de forma que si tiene todos los aminoácidos esenciales en las proporciones adecuadas dicho valor será alto. En general las proteínas de origen animal tienen mayor valor biológico que las vegetales.
No obstante la calidad individual de las proteínas carece de importancia si la alimentación es variada.
Por ello, los vegetarianos que consumen proteínas vegetales variadas pueden conseguir una proteína de tan alta calidad como la de origen animal.
Alementos principales
Las principales fuentes de proteína son: lácteos, carnes, pescados, huevos, cereales, leguminosas y frutos secos. En España, las carnes, los cereales y los lácteos son los alimentos que aportan mayor cantidad.
Son vegetales ricos en proteínas:
- Frutos secos: pipas de calabaza, pipas de girasol, sésamo, las nueces, los anacardos o las almendras.
- Legumbres.
- Quinoa: es un pseudocereal que carece de gluten rico en fibra y proteína.
- Espirulina: alga rica en proteínas que mezclada en zumos o purés.
- Semillas de cáñamo.
- Semillas de chía.
- Tempeh orgánico: derivado de la soja que tiene proteína con un alto valor biológico.
- Polvos de proteína vegetal, para mezclar con agua, leche no láctea, batidos, avena u otros alimentos.